Mi último descubrimiento tuvo lugar al toparme con una noticia
en Twitter sobre algo que no había oído en mi vida pero sí había experimentado:
los Baños de Bosque.
¿Que qué son los baños de bosque? Pues no lo voy a decir,
prefiero que os contestéis vosotros mismos porque, si alguna vez os habéis dado
uno (espero que muchos) sabréis inmediatamente de qué se trata. Y es que, como
dice la bióloga Rachel Carson en sus maravillosos libros, conocer no es ni la mitad de importante que sentir.
¿Y qué se siente en un baño de bosque? Pues probablemente
habréis sentido una especie de inmersión en un lugar e instante eternos, habréis
creído estar envueltos por una atmósfera donde la vida resuena en mil
vibraciones de fragancias, luces y sonidos, donde una palpitación ajena y a la
vez propia se sincronizan a cada paso, donde los árboles, esos mágicos seres
inmóviles, sin ojos a los que mirar
(como diría el escritor D.H.Lawrence)
son solemnes antenas naturales en permanente emisión de secretos antiguos y que
nos hablan... Como veis, todas estas sensaciones son como una sesión de esas de
Mindfullness, tan de moda ahora, pero
a lo bestia.
Y es que durante un paseo en silencio por un bosque
cualquiera podemos oír desde el canto de los pájaros, que se avisan entre sí de
nuestra intromisión en su paraíso sagrado, hasta casi el andar de una hormiga,
y también podemos ver el correr ascendente de una ardilla que solo deja en
nuestra retina una rojiza mancha difuminada que se esfuma entre las ramas.
Entonces comprendemos, y hasta podemos intuir, que hay muchos ojos y orejas escondidos
tras las piedras, troncos, arbustos y hojas caídas dilucidando si somos o no
una amenaza para su supervivencia.
Y luego están los árboles, los que apenas se mueven pero
alimentan y soportan toda esa grandeza. ¿Habéis abrazado alguna vez a un árbol?
¡Hacedlo, por favor! No es una persona ni un animal, pero sí un ser vivo,
probablemente anciano, fuerte y sabio. Así nos los han contado desde la más
remota antigüedad a través de muchas historias y leyendas... por algo será.
Hasta nosotros ha llegado, por ejemplo, la historia del mítico fresno perenne Yggdrasill
de los vikingos y también la del tpuy Autana, el árbol sagrado de la vida de
los piaroa venezolanos (que en realidad es un cerro que recuerda a un enorme
tocón). Los árboles, desde sus raíces hasta sus ramas más altas han sido
venerados por ser un nexo de comunicación entre la tierra y el cielo, con sus
raíces descienden hasta las moradas del Inframundo y con sus ramas acceden
hasta las moradas del mismísimo séptimo cielo, dejando nuestro universo físico
cotidiano a medio camino.
El bosque ha sido siempre refugio de nuestros sueños, pero
también de nuestras pesadillas, en las que no solo Caperucita huye del lobo,
sino donde ocurren toda suerte de encuentros prohibidos y de ritos extraños. No
sé si os habéis perdido alguna vez en un bosque pero no es una buena
experiencia. La desorientación y la inexperiencia del novato urbanita pueden
provocarle el pánico y hacerle perder de vista las migas de pan dejadas por el
camino. Perdernos en el bosque sin nuestros talismanes tecnológicos nos vuelve
humildes ante la magnificencia de la naturaleza, volvemos a ser seres humanos,
un animal más del bosque, solos con nuestros miedos, recursos y fuerza vital.
¿Cuántas
historias de miedo tienen como escenario un bosque? Muchas. En los bosques hay
lobos escondidos, duendes, fuegos fatuos, brujas horripilantes en chozas
camufladas, insectos voraces, pájaros de mal agüero, trolls, asaltantes de
caminos sin escrúpulos, todos cobijados entre las sombras... pero también hay
hadas, ninfas y Robins Hoods ¡menos mal! En los bosques hay oscuridad y hay
luz, silencios y voces que no sabemos ubicar y, sobre todo hay muchas historias
guardadas en los anillos de los árboles de antiguas tragedias y también de
bonanzas.
Como decía en un principio, al leer esta noticia, recordé
los baños que yo misma he vivido en mis paseos por diversos bosques a la luz
del día y también a la luz de la Luna. Así que quise saber más de esto que los
maestros japoneses llaman Shinrin-Yoku, que enseñan a dar un paseo por el
bosque como Dios manda: yendo sin prisas, sin móvil, sin cámara de fotos, sin
hablar con el compañero y tan solo dejarse flotar y mecer por las olas de una
inmensa cúpula verde.
Inicié mi búsqueda por la red de redes y al instante me vi
chapoteando entre muchos comentarios y aportaciones geniales que transmitían otros
avezados bañistas desde sus blogs que, como si fueran árboles de un inmenso y
enmarañado bosque virtual que se dejan mecer por el viento de Google, fui
sabiendo atisbar. Por ejemplo, me enteré de que el bosque nos sana a través de
sus aceites esenciales, sus iones de carga negativa y sus bacterias benévolas
que flotan por doquier. Al bosque nos lo llevamos a casa, y no solo cogiendo
una hoja o frutos secos sino que lo incorporamos dentro de nosotros a través de
la piel y la respiración, nos ayuda a curarnos de las dolencias del cuerpo, del
estrés y del alma.
También he descubierto a dos personajes apasionantes y
apasionados, sensibles y sabios ya mencionados anteriormente. Uno es el
controvertido escritor D.H.Lawrence y la otra la bióloga Rachel Carson. El uno,
con su novela "El amante de Lady Chatterley", donde el bosque es
testigo y cómplice de una pasión amorosa. La otra, con sus libros llenos de
enseñanzas como "El sentido del Asombro". Ambos me han dejado
totalmente ALUCINADA. No digo más de ellos porque ya lo hacen de manera
magistral dos blogueros de altura en "Los Árboles Invisibles" (Rosa
Cintas y Teo Marañón).
Para finalizar, os invito a que os deis un buen paseo en
algún bosque (o lugar con árboles en vuestra ciudad) donde podáis conectar o desconectar, lo que prefiráis.
Da igual la época del año o si llueve... cada momento es especial. También os
animo a que visitéis el bosque virtual de los miles de blogueros increíbles que
comparten sus inquietudes, pasiones y saberes a todo el que quiera escucharlos.
Aquí van algunas recomendaciones:
- Blog Los Árboles
Invisibles. Os ruego que leáis: "La señora Chatterley fue albosque" y "Cultivar el asombro", pero el blog al completo no
tiene desperdicio.
- Novela "El bosque animado" de Wenceslao
Fernández Flórez. Una auténtica delicia.
- Novela "El amante de Lady Chatterley" de
D.H.Lawrence. Bellísima descripción de la pasión, el erotismo y la naturaleza.
- "El Sentido del Asombro" y toda la obra de Rachel Carson. No se puede ser más elegante en medio de un bosque o playa, una mujer increíble.
- Audio podcast de Félix Rodríguez de la Fuente contando la leyenda del tpuy Cerro Autana en su programa "La aventura de la vida"... Absolutamente sublime.
"Una noche en el techo del mundo"
¡Feliz baño!
"Hoy día mucha
gente camina con la mirada baja y fija en el asfalto. Para ellos, la
supervivencia consiste en sobrevivir un día tras otro, al jefe, a las
entrevistas. Esas son cosas importantes, pero nos perdemos mucho si limitamos
nuestras vidas al mero pavimento que hay frente a nosotros. Si tan sólo
pudiéramos sacar algo de tiempo para alzar la vista -quizás nuestro descanso
para comer, en un banco en el parque- descubriríamos porqué cuando lo hacemos
nos sentimos mejor, nuestra imaginación se dispara y nuestros sueños y
ambiciones despierta. La naturaleza nos hizo así"
Bear Grylls