Estamos en verano. Hace calor y muchos nos vamos de vacaciones, por ejemplo a la costa. Me fascina el mar, sus secretos hundidos, su rugir y la música que hace cuando se retira de las piedras de la orilla, sus monstruos legendarios, las historias de marineros y lobos de mar, de largas y peligrosas travesías en busca de sustento o aventura, de faros acechando el peligro… en fin que me descargué un podcast de un programa de radio que hablaba del mar y sus misterios, para ponerme más a tono.
Para mi
sorpresa, lo que más me intrigó del programa fue un comentario que no estaba
previsto, que salió en la tertulia de refilón pero para mí fue un gran
descubrimiento: la pesca del atún rojo que se realiza desde tiempos
inmemoriales frente a las costas de Tarifa (Cádiz).
Alguna
vez he visto por la tele la imagen de hombres aguerridos luchando con bestias
de más de 500 Kg .
con un simple gancho y un brazo bien fuerte. Pero mira tú por dónde que lo
interesante ya no es la pesca o su táctica sino cómo sabían dónde poner la red,
la almadraba, en el punto exacto. La clave eran las orcas, donde hubiera orcas
acechando había bancos de atunes recorriendo el estrecho en determinadas épocas
al año.
Pero no es más interesante lo que se cuenta que quién lo cuenta. En
este caso, en el programa de radio se menciona a una persona, Mario Morcillo,
que explicaba a turistas que acudían a Zahara de los Atunes las maravillas
acuáticas de ese mar ancestral que guarda mil historias de fenicios, romanos,
aventureros y conquistadores. Digo que explicaba porque Mario Moricllo es una
de esas personas que se fue a destiempo. Falleció en un accidente haciendo lo
que más le gustaba, mostrar a un grupo de turistas la naturaleza y hacer sus
propios descubrimientos.
Irse a
destiempo es una auténtica faena para el que lo hace y para los que se quedan
un tormento. Solo nos queda el consuelo al pensar que los que se marcharon así
dejaron su poema de la vida bien escrito antes de irse, con su juventud y todo,
su semilla ya plantada, con el entusiasmo ya contagiado a los que les rodeaban
y además llegando a otros que ni le han conocido, como yo, que años después los
descubren a través de un programa de radio.
¿Qué
tiene Mario de excepcional para dedicarle esta entrada? No lo se, como digo no le
conocía, pero me cautivó lo que contaba sobre la pesca de atunes y cómo lo
hacía, el enlazamiento de historia y naturaleza, sus conclusiones y su pasión.
Desde una cueva antiquísima, con restos pictóricos que él dice poder
interpretar, Mario nos susurra sus reflexiones porque desde esa cueva se
divisan las orcas, y donde hay orcas hay atunes y la supervivencia está
asegurada. Pero yo me pregunto: ¿Cuántos secretos arrancados al mar y a las
piedras podría haber contado Mario de no haber fallecido?
Recuerdo
de niña la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente. También a destiempo. “¿Por qué gente que hace tanto por el mundo
muere tan rápido, mamá?”, pregunté. “Pues
porque Dios quiere a todos los buenos a su lado”, me contestó. Yo no podía
entender cómo Dios podía ser tan egoísta, con la falta que nos hacen en el
mundo éstos y no la escoria que hace la vida imposible al resto. De ahí el
dicho de “bicho malo nunca muere”.
Sea como fuese estas personas nos pasan el testigo para que sigamos la carrera
por ellos, ahora nos toca apretar el puño y correr como posesos hasta
entregarlo al siguiente.
Y digo
yo, ¿cómo se puede pasar por el mundo durante años y no hacer nada? No digo
escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo, descubrir la vacuna del
SIDA o ser famoso…tan solo aportar nuestro particular verso a este poderoso
drama de la vida, tal y como decía el poeta Walt Withman. Y es que hay mucha
gente que no aporta casi nada al mundo, no trabaja o lo hace con desgana y mal,
se ocupa solo de sí misma y sus placeres, de dar lo mínimo con la familia y su
comunidad y se muere de vieja en la cama. Qué triste, no?
Félix
Rodríguez de la Fuente o Mario Morcillo son solo la punta del icerberg de todo lo contrario porque existe mucha
gente por ahí que deja bien escrito su verso, hacen algo que merezca la pena,
con humildad, entre los suyos, transmiten algo a alguien o dejan el mundo mejor
de lo que lo encontraron, con pasión y entusiasmo.
Pienso
ir a visitar la Cueva de las Orcas en Zahara de los Atunes y contemplar el mar
que tengo en frente y prometo imaginarme la presencia de Mario allí, en su
cueva y las de los atuneros prehistóricos, hablándome de orcas, sol, huellas en
la roca, almadrabas y fenicios.
Y ahora
os pregunto yo a vosotros: ¿Cuál será vuestro verso antes de iros?
" (...) De lo malos resultados
de todo, de las multitudes
afanosas y sórdidas que me rodean,
De los años vacíos e inútiles de los demás, yo
entrelazado con los demás,
La pregunta, ¡Oh, mi yo!, la pregunta triste que
vuelve - ¿qué de bueno hay en medio de estas
cosas, Oh, mi yo, Oh, vida ?
Respuesta
Que estás aquí - que existe la vida y la identidad,
Que prosigue el poderoso drama, y que
puedes contribuir con un verso.
afanosas y sórdidas que me rodean,
De los años vacíos e inútiles de los demás, yo
entrelazado con los demás,
La pregunta, ¡Oh, mi yo!, la pregunta triste que
vuelve - ¿qué de bueno hay en medio de estas
cosas, Oh, mi yo, Oh, vida ?
Respuesta
Que estás aquí - que existe la vida y la identidad,
Que prosigue el poderoso drama, y que
puedes contribuir con un verso.
WALT WHITMAN
¡Feliz
verano!
Os
propongo:
- Videos en youtube de la exposición de Mario Morcillo sobre la pesca ancestral de atún observando las orcas, el sol desde la Cueva de las Orcas.Están divididos en cinco partes. Querréis ir allí de inmediato. Vais a alucinar y de paso conocéis a Mario.
- Video de la pesca de atún rojo en la actualidad. De Jara y Sedal
- Video de la pesca del atún, de cuando se iba con boina y ropa a la antigua usanza. Llama la atención el estupendo guión, además de la fuerza de las imágenes y las canciones que usaban los pescadores al prepararse para pescar y al hacer las capturas.
- Libro, “La última lección” Randy Pausch, otro que se fue totalmente a destiempo, pero sabiéndolo, que no se si es peor o mejor. En este libro se dejó hasta las pestañas por transcribir los últimos versos de su poema en la vida. Por favor ¡leedlo o ver el video!, es un testamento genial y divertido a pesar de estar presente la sombra de su marcha. Si además podéis ver el video de la conferencia de esta última lección en la universidad mejor que mejor. Está en inglés pero hay versiones con subtítulos en castellano en youtube. Ya en vida dio mucho como profesor de informática y ser humano pero el libro de la conferencia donde da su última lección es emocionante e inspirador.
- Programa de radio de “La Escóbula de la Brújula” donde el genial Juan Ignacio Cuesta me descubre a Mario y donde se habla de manera tertuliana de algunos de los misterios de la mar.
- Libro "Mares Tenebrosos", una recopilación de relatos de misterio sobre el mar de la editorial Valdemar. Una gozada.
- Poemas de Walt Withman. Este es poeta de verdad, vamos, y de los gordos. A mi me encanta. Os pongo dos de sus poemas, uno dedicado al mar, que parece escrito para Mario Morcillo y otro dedicado a vosotros, a mí claro por la parte que me toca, porque a pesar de que el mundo es como es, que la gente es como es, estamos aquí y tenemos que contribuir con nuestro verso. Os saldrán montones de webs en Internet con sus maravillosas poesías llenas de mar, naturaleza, a la vida y al ser humano que, si me permitís la obscenidad, entendibles o accesibles.
- Película “El club de los poetas muertos” Si no la habéis visto… ¡no es demasiado tarde! Aquí os dejo un fragmento donde se cita el poema de Withman
Con el reflujo del
océano de la vida
WALT WHITMAN
" (...) Mientras
recorro las playas que no conozco
mientras escucho la endecha
las voces de los hombres y mujeres náufragos
mientras aspiro las brisas impalpables que me asedian
mientras el océano, tan misterioso
se aproxima a mi cada vez más
yo no soy sino un insignificante madero abandonado por la resaca
un puñado de arena y hojas muertas
y me confundo con las arenas y con los restos del naufragio.
mientras escucho la endecha
las voces de los hombres y mujeres náufragos
mientras aspiro las brisas impalpables que me asedian
mientras el océano, tan misterioso
se aproxima a mi cada vez más
yo no soy sino un insignificante madero abandonado por la resaca
un puñado de arena y hojas muertas
y me confundo con las arenas y con los restos del naufragio.