Los
insectos, sí otra vez, no me gustan pero al final vuelvo a sacarlos a relucir,
y es que no hay mundo más diverso y creativo que el de ellos, del que siempre
se aprende algo nuevo.
El
día que mi hijo pequeño salió del cole con un misterioso mensaje en la mano, "HORMIGA
LEÓN", pregunté inocentemente: ¿Hay que investigar sobre hormigas y leones?,
No
- contestó- es un bicho que vive en la
arena. Por suerte Google me lo confirmó. Primera sorpresa. Y es que, al igual que el
pueblo de Puertollano, ni es "puerto" ni es
"llano", pues la hormiga león ni es una hormiga ni es un león.
Segunda sorpresa.
Encontramos
muchos videos en Youtube de naturalistas que se sumergen apostados con la cámara
en el hipnótico ritual de observación de un ser, eso que nadie ve o considera
irrelevante de cualquier parque. Al que le haya pasado esto lo comprenderá. Y
es que no hay animal grande o pequeño que se resista a la mirada cotilla e
indiscreta de un niño o adulto cuando descubre que hay otros mundos llenos de
aventuras y desafíos, batallas a muerte y negociaciones que ni el Gran Hermano
o un culebrón son capaces de superar. La naturaleza es así.
Yo
no entendía cómo algunos estudiosos podían tirarse diez, veinte o treinta años en
medio de la selva o la sabana observando a una sola familia de elefantes,
chimpancés o suricatas, por ejemplo, hasta que en un viaje por Tanzania me
quedé fascinada ante las escenas que delante de nuestras narices tenían lugar y
quería quedarme a ver "el siguiente episodio" aunque tuviera que
pasar la noche al raso entre fieras. Pero no hay que irse tan lejos para
deleitarse con la asombrosa vida de los animales que, de primeras, nos enseña
que todos tenemos problemas para buscarnos la vida.
Konrad
Lorenz (ése que descubrió que los patitos le seguían a todas partes porque él
fue el primer ser que vieron al nacer) cuenta en su maravilloso libro
"Hablaba con las bestias los peces y los pájaros" que se quedaba
horas contemplando absorto las vicisitudes de unos simples peces naranjas de
acuario cuando jamás creyó que tuvieran una vida interesante. Con Lorenz
aprendí lo crueles que podían ser las palomas con sus propios congéneres,
cuando para nosotros son el símbolo de la Paz y del Espíritu Santo, y que los
lobos se rigen por un código ético más elevado que el de los nobles caballeros
medievales y, sin embargo, tienen fama
de todo lo contrario.
Bueno,
pues la hormiga león cuando es una larva es un bicho feo, con forma de
garrapata o piojo gigante, para entendernos, vamos que no es agraciado. Luego,
cuando realiza la metamorfosis (un proceso alucinante) se convierte en una
especie de libélula en pequeño. Pero, lo realmente increíble es cómo caza
cuando es larva. Hace un hoyo en la arena a modo de trampa y se esconde debajo.
Así, la desafortunada hormiga que caiga en su pendiente resbaladiza se verá
atrapada al fondo por unas tenazas implacables que la succionarán a los
abismos. Terrorífico y angustioso, de verdad, pobre hormiga, mosca o lo que sea
que caiga en su trampa. Viendo estos videos, algunos encima con una música
ambiental de suspense, uno se sumerge en un laberinto de emociones dispares en
las que a veces se aplaude la huída de la víctima y otras se celebra la
victoria esforzada de la paciente y fiera hormiga león, vamos, que ni una peli
de acción.
Pero, a lo que voy... ¿Cómo sabe este insecto que tiene que hacer
una trampa de esa manera y esconderse bajo ella para poder cazar? ¿Cómo sabe la
araña fabricar su red para que funcione? ¿Cómo sabe la abeja qué danza realizar
a sus congéneres para indicar una dirección a seguir? Nos
han explicado que su papel y pautas en la vida ya están determinados en gran
manera, los animales no son libres, mientras que nosotros presumimos de ser los
amos de nuestro destino y tenemos el don del libre albedrío... ¿seguro? Estamos
casi tan limitados por nuestra biología e historia cultural como ellos, en
cierta manera vivimos en una ilusión de libertad, como ellos.
Para
ser un naturalista apasionado no hay que estudiar sesudamente durante años. Lo
importante es tener buenas dosis de paciencia para observar, esperar, registrar
conductas, tener un gran respeto por la naturaleza y muchas ganas de contar
nuestros descubrimientos. Así lo han hecho los grandes desde que eran niños: Félix Rodríguez de la Fuente, David
Attemborough, Jacques Costeau, Konrand Lorenz, Gerald Durrell, Jane Goodall
y, ¡cómo no!, Frank Cuesta, reflejo
todos ellos de su tiempo.
Sí, todos han contribuido a sacarnos de la ignorancia
por su gran pasión y entrega no fingida, que les salía del alma, tanta como
para poner muchas veces su vida en peligro. El impacto que provocaron, y
provocan, con sus series documentales, publicaciones, conferencias y su sola
presencia, es enorme. Solo hay que ver sus caras... ¡Necesitamos a más como ellos!
Hoy
los niños no juegan en la naturaleza como antaño, otras ocupaciones les
entretienen. Pero, cuando van al campo y superan el mono de la consola o
cualquier otro juguete y se tienen que conformar con palos y piedras, un río,
cortezas de árboles y bichos... comienza el hechizo, se sumergen en una
aventura fascinante de la que a duras penas se les puede arrancar ni para que
se coman el bocadillo. Entienden antes que nosotros lo que ya dijo el poeta: "...ver el mundo en un grano de arena y
el Cielo en una flor silvestre"
También
descubrí hace poco haciendo limpieza unas viejas revistas "Natura", años '80, ejemplo de una época de denuncia de
malas prácticas, de divulgación elegante y apasionada, cuando todo esto de la
Ecología estaba por hacer y acabábamos de quedar huérfanos de Félix. ¿Será que
el mensaje ya ha calado lo suficiente y no se necesitan estas revistas y
programas o es que lo hemos olvidado?
Salir
con un cuaderno de campo, una red de pesca o unos prismáticos a la naturaleza
con el único objetivo de descubrir algo interesante y desconocido es una
gozada.
Llega
la primavera... ¡DISFRUTADLA!
Para ver el mundo en un grano de arena,
Y el Cielo en una flor silvestre,
Abarca el infinito en la palma de tu mano
Y la eternidad en una hora.
Aquel que se liga a una alegría
Hace esfumar el fluir de la vida;
Aquél quien besa la joya cuando esta cruza su camino
Vive en el amanecer de la eternidad.
William Blake
Os recomiendo:
http://www.felixrodriguezdelafuente.com/
Konrad Lorenz y su
libro de lectura fácil y maravillosa
- Audios de programas de radio de Félix "La aventura de la vida", muy emocionantes: http://www.ivoox.com/podcast-aventura-vida-felix-rodriguez_sq_f14976_1.html
"Hablaba con las bestias los peces y
los pájaros"
"Mi familia y otros animales"