Mostrando entradas con la etiqueta walt withman. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta walt withman. Mostrar todas las entradas

jueves, 17 de marzo de 2016

La música de las esferas existe



Ya... ya sé que en el espacio no se transmite el sonido, ya sé que no se escuchan las explosiones de los motores de los cohetes, ni el crujir de la chatarra espacial, ni el vuelo de un asteroide a toda velocidad, ni siquiera se oye nada a lo Star Wars, lástima. Pero el Universo, lejos de estar callado, es una sucesión de ritmos y canciones por doquier emitidos por estrellas moribundas, planetas girando sobre sí mismos, soles palpitantes y demás entes cósmicos que parecen estar vivos. Sus ondas de luz andan de aquí para allá en permanente viaje y el silencio deja de serlo para los que quieran escuchar.

Parece ser que lo de la "música de las esferas" no es un rollo místico o sobrenatural remakeado por la New Age, sino un conocimiento fundamentado en las matemáticas y la física que los astrónomos han logrado demostrar con ayuda de sus radiotelescopios. Nunca olvidaré la película "Contact" en la que la Dra. Arroway (la maravillosa Jodie Foster) se obsesiona por escuchar esos sonidos del Cosmos en busca de patrones de regularidad en el caos para encontrar un mensaje de vida extraterrestre inteligente. Pero hay mucho que escuchar ahí fuera además de ese ansiado mensaje.

Mucho antes que estas enormes antenas apuntaran al cielo para registrar sus pálpitos, ya los griegos lo decían... Efectivamente, ya lo sabían ellos, como casi todo. El gran Pitágoras, el matemático, músico, político y chamán (porque en la antigüedad no había divisiones absurdas en el conocimiento, ni eras de letras o ciencias y el límite entre ideas religiosas y científicas tampoco estaba muy claro) pues, como digo, el gran Pitágoras supo conjugar su propio intelecto con lo que aprendió en su vida en los templos egipcios y en Babilonia con sus magos-astrónomos. 




Pitágoras no solo se trajo el famoso teorema de aquellas tierras sino todo un conjunto de saberes que él supo sintetizar y enriquecer. Decía, por ejemplo, que los planetas al moverse producían unos sonidos los cuales no serían perceptibles por los humanos, que existía una armonía entre las esferas y que el universo entero se comportaba como un gran instrumento. Según en qué órbita se encontrara el planeta así sería su sonido y todos moviéndose a la vez creaban una armonía perfecta. Matemáticas y música estaban íntimamente relacionadas. Para el que le guste el tema de las escalas musicales pitagóricas y las matemáticas, que es alucinante, hay centenares de webs donde explica todo esto en profundidad.




La música del cielo existe de una forma callada, indefinida e hipnótica... bella. Todo en el universo tiene su sonido, cada reflejo de luz visible o invisible, cada onda no percibida por nuestros limitados sentidos, tiene su equivalente en la escala musical.

Hace algunos años descubrí los sonidos que se habían captado del Sol, los planetas e incluso de un púlsar. Tratados para que nuestro oído pudiera sentirlos expresaban la inmensa solemnidad de estos objetos que giran flotando en el abismo. Cualquiera puede acceder a ellos a través de la web de la NASA. 

También descubrí que muchas personas eran capaces de coger otros sonidos ambientales de la propia Tierra y utilizando programas informáticos y algoritmos con nombres extrañísimos para mí (la conjetura de Siracusa, las cadenas de Markov, el juego de la vida...) crear extrañas composiciones. Música y matemáticas se fusionan, tal y como decía Pitágoras, pero no hay que olvidar la parte intrínsecamente emocional de la música. Sin transmisión de emociones y belleza la música deja de ser música y solo es un juego experimental. Sí, de la secuencia del ADN han hecho música, pero la creatividad, la imaginación y los sentimientos en intérpretes y oyentes son claves porque los seres humanos funcionamos con lógica borrosa (Fuzzy logic) más que con matemática pura.

La Naturaleza es una fuente de música increíble y no solo se trata de cantos de pájaros, ballenas o lobos, como se venden en muchos discos. Cualquier árbol, oleaje, corriente acuática o magmática provoca vibraciones que se pueden traducir en música. No todos los oídos están preparados para escuchar estas músicas celestiales o terrenales, no estamos acostumbrados. El sentido de la música nos lo han atrofiado desde niños, sobre todo con el volumen. No sabemos escuchar, ni tenemos la paciencia ni la concentración para ello, ni el oído ni la sensibilidad. Los ritmos de la música han variado enormemente y la música clásica sigue siendo algo pomposo para muchos. Lo del disco con notas de sintetizador flotando entre canto de pájaros es una cosa, pero lo de la música de las esferas es otra muy distinta. Para escucharla debemos estar con los oídos de la mente bien abiertos sin prejuicios para captar las sutilezas que jamás alcanzará a tener la música comercial moderna de los últimos veinte años (con todos mis respetos, que son pocos, lo siento).

Ahora es posible escuchar al Cosmos con radiotelescopios propios, como hacen ya muchos astrónomos amateurs y no con gigantescas antenas como la Dra. Arroway. Con gran maña lo han logrado muchos de ellos y explican cómo hacerlos o adquirirlos ¡Si Pitágoras levantara la cabeza!

Un amigo mío astrónomo, Rafael Balaguer, me lo hizo saber "¡Claro que la música de las esferas existe!", me dijo, "Un amigo mío, músico e informático, y yo hemos hecho esto con la luz de la Luna..." Y claro, me quedé loca. Con los cascos puestos me dejé llevar con el arrullo de la Luna, una música entre angelical y perturbadora, poderosa y mágica, una dulce nana a la Tierra de nuestra compañera ancestral en nuestro viaje alrededor del Sol. Me dice que están preparando cosas muy interesantes pero "hasta aquí puedo leer" ...  en cuanto lo tengan actualizaré esta entrada. Mientras caminaba por la calle escuchaba esta música puesta en modo bucle que me había atrapado por completo, hipnotizado totalmente. 




Vino a mí la idea de que durante toda la existencia de nuestro genero "homo" y mucho antes, todos nuestros ancestros habían admirado la Luna, contemplándola bien como un elemento más del paisaje e incluso deidificándola. También hemos logrado llegar a ella, pisarla y analizar sus rocas, olerla y ahora la hemos oído cantar. Dicen que volveremos pronto a la Luna, espero que no sea para interrumpir su canto.

Nos consolamos pensando que somos parte de ese misterio, una parte más o menos inteligente que cada día que pasa arranca un secreto más con ayuda de la ciencia, pero que al hacerlo se nos muestran otros enigmas más increíbles. Y mientras el Universo entero, con sus esferas y cuerpos celestes, toca su melodía indiferente ante nuestro asombro perpetuo. Canta epopeyas del espacio-tiempo remoto y de sus orígenes violentos, canta eternas sagas de tragedias, nacimientos y muertes antes de convertirse en supernovas, canta los choques entre cuerpos y la atracción hacia el horizonte de sucesos de los agujeros negros, los precisos púlsars y el errático vagar de las rocas solitarias.





"Cantar" es un término poético que utilizamos para describir nuestra percepción de estos sonidos, pero en realidad los seres humanos asignamos inteligencia y sentimientos, e incluso alma, a todo aquello que parece tener vida propia. Las esferas "cantan" como consecuencia natural de su movimiento, vibración, de su física y química, nada más, pero ... ¡Seamos animistas por unos momentos y dejémonos flotar por las ondas mientras las escuchamos y viajemos por el Cosmos!

La poesía la ponemos nosotros y, tal y como decía mi "amigo" Carl Sagan, la consciencia de todo ello también. Esa inteligencia, sensibilidad y alma están dentro de nosotros mismos y todo lo proyectamos a lo sublime del cielo y sus esferas.

Citando a Walt Withman:


Abro mi escotillón en la noche y veo constelaciones sembradas en el infinito.

Y todo cuanto veo se multiplica y se pierde más allá,
se liga con sistemas invisibles,
se extiende y se expande más allá…..
siempre más allá y más allá……

Mi sol tiene su sol y alrededor de él gira sin descanso;
va con sus camaradas de un sistema superior
y otros mayores siguen
y otros mayores y mayores……..

Todo gira, nada se para ni puede pararse.

Si yo, tú, todos los mundos, todo cuanto existe debajo y fuera de esos mundos, se tornase de pronto en una
pálida neblina, nada importaría en el tiempo……

Seguramente volveríamos a estar donde ahora,
seguiríamos caminando adonde vamos
y después……. más allá y más allá.


Canto a mí mismo (fragmento  de XLV)
  

                           

¡Disfrutad del concierto!


La Noche estrellada de Vincent Van Gogh



Algunas recomendaciones:

 Basada en la novela de Carl Sagan... ¡emocionante y fantástica! Trailer


El sonido de los planetas captados por la sonda Voyager




Los sonidos del espacio interestelar , espectacular!!!


 "Vidas de Pitágoras", maravilloso libro de David Hernández de la Fuente

 Publicación donde muchos aficionados y profesionales se ponen al día de sus progresos y novedades. Aquí mi amigo Rafael Balaguer tiene un estupendo artículo sobre la captación de los sonidos de Júpiter. En su web podréis encontrar mucha información de sus actividades (aviso: está en catalán, buscad un traductor, merece la pena): http://www.telurium.net
 Emocionante podcast de Milenio 3 donde Jose Manuel Nieves nos enseña los sonidos de los planetas. 

http://www.radiosky.com/

 La Tierra, así suena nuestro planeta, https://youtu.be/NhAXIjJ56xE


"El Universo es música", interesante artículo de Emilio de Gorgot con amplia información.



Web de Stellar music project, en inglés. Explica muy clarito todo y también hay sonidos: 
http://www.konkoly.hu/staff/kollath/stellarmusic



 Mike Oldfield... cómo no, tenía que estar aquí. Su álbum Music of the Spheres... precioso

martes, 15 de julio de 2014

Irse a destiempo


 Estamos en verano. Hace calor y muchos nos vamos de vacaciones, por ejemplo a la costa. Me fascina el mar, sus secretos hundidos, su rugir y la música que hace cuando se retira de las piedras de la orilla, sus monstruos legendarios, las historias de marineros y lobos de mar, de largas y peligrosas travesías en busca de sustento o aventura, de faros acechando el peligro… en fin que me descargué un podcast de un programa de radio que hablaba del mar y sus misterios, para ponerme más a tono.




Para mi sorpresa, lo que más me intrigó del programa fue un comentario que no estaba previsto, que salió en la tertulia de refilón pero para mí fue un gran descubrimiento: la pesca del atún rojo que se realiza desde tiempos inmemoriales frente a las costas de Tarifa (Cádiz).

Alguna vez he visto por la tele la imagen de hombres aguerridos luchando con bestias de más de 500 Kg. con un simple gancho y un brazo bien fuerte. Pero mira tú por dónde que lo interesante ya no es la pesca o su táctica sino cómo sabían dónde poner la red, la almadraba, en el punto exacto. La clave eran las orcas, donde hubiera orcas acechando había bancos de atunes recorriendo el estrecho en determinadas épocas al año. 


Pero no es más interesante lo que se cuenta que quién lo cuenta. En este caso, en el programa de radio se menciona a una persona, Mario Morcillo, que explicaba a turistas que acudían a Zahara de los Atunes las maravillas acuáticas de ese mar ancestral que guarda mil historias de fenicios, romanos, aventureros y conquistadores. Digo que explicaba porque Mario Moricllo es una de esas personas que se fue a destiempo. Falleció en un accidente haciendo lo que más le gustaba, mostrar a un grupo de turistas la naturaleza y hacer sus propios descubrimientos.

Irse a destiempo es una auténtica faena para el que lo hace y para los que se quedan un tormento. Solo nos queda el consuelo al pensar que los que se marcharon así dejaron su poema de la vida bien escrito antes de irse, con su juventud y todo, su semilla ya plantada, con el entusiasmo ya contagiado a los que les rodeaban y además llegando a otros que ni le han conocido, como yo, que años después los descubren a través de un programa de radio.

¿Qué tiene Mario de excepcional para dedicarle esta entrada? No lo se, como digo no le conocía, pero me cautivó lo que contaba sobre la pesca de atunes y cómo lo hacía, el enlazamiento de historia y naturaleza, sus conclusiones y su pasión. Desde una cueva antiquísima, con restos pictóricos que él dice poder interpretar, Mario nos susurra sus reflexiones porque desde esa cueva se divisan las orcas, y donde hay orcas hay atunes y la supervivencia está asegurada. Pero yo me pregunto: ¿Cuántos secretos arrancados al mar y a las piedras podría haber contado Mario de no haber fallecido?

Recuerdo de niña la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente. También a destiempo. “¿Por qué gente que hace tanto por el mundo muere tan rápido, mamá?”, pregunté. “Pues porque Dios quiere a todos los buenos a su lado”, me contestó. Yo no podía entender cómo Dios podía ser tan egoísta, con la falta que nos hacen en el mundo éstos y no la escoria que hace la vida imposible al resto. De ahí el dicho de “bicho malo nunca muere”. Sea como fuese estas personas nos pasan el testigo para que sigamos la carrera por ellos, ahora nos toca apretar el puño y correr como posesos hasta entregarlo al siguiente.

Y digo yo, ¿cómo se puede pasar por el mundo durante años y no hacer nada? No digo escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo, descubrir la vacuna del SIDA o ser famoso…tan solo aportar nuestro particular verso a este poderoso drama de la vida, tal y como decía el poeta Walt Withman. Y es que hay mucha gente que no aporta casi nada al mundo, no trabaja o lo hace con desgana y mal, se ocupa solo de sí misma y sus placeres, de dar lo mínimo con la familia y su comunidad y se muere de vieja en la cama. Qué triste, no?

Félix Rodríguez de la Fuente o Mario Morcillo son solo la punta del icerberg  de todo lo contrario porque existe mucha gente por ahí que deja bien escrito su verso, hacen algo que merezca la pena, con humildad, entre los suyos, transmiten algo a alguien o dejan el mundo mejor de lo que lo encontraron, con pasión y entusiasmo.

Pienso ir a visitar la Cueva de las Orcas en Zahara de los Atunes y contemplar el mar que tengo en frente y prometo imaginarme la presencia de Mario allí, en su cueva y las de los atuneros prehistóricos, hablándome de orcas, sol, huellas en la roca, almadrabas y fenicios.

Y ahora os pregunto yo a vosotros: ¿Cuál será vuestro verso antes de iros?


" (...) De lo malos resultados de todo, de las multitudes
afanosas y sórdidas que me rodean,

De los años vacíos e inútiles de los demás, yo
entrelazado con los demás,
La pregunta, ¡Oh, mi yo!, la pregunta triste que
vuelve - ¿qué de bueno hay en medio de estas
cosas, Oh, mi yo, Oh, vida ?

Respuesta

Que estás aquí - que existe la vida y la identidad,
Que prosigue el poderoso drama, y que
puedes contribuir con un verso.

WALT WHITMAN 


¡Feliz verano!



Os propongo:









  • Video de la pesca del atún, de cuando se iba con boina y ropa a la antigua usanza. Llama la atención el estupendo guión, además de la fuerza de las imágenes y las canciones que usaban los pescadores al prepararse para pescar y al hacer las capturas. 


  • Libro, “La última lección” Randy Pausch, otro que se fue totalmente a destiempo, pero sabiéndolo, que no se si es peor o mejor. En este libro se dejó hasta las pestañas por transcribir los últimos versos de su poema en la vida. Por favor ¡leedlo o ver el video!, es un testamento genial y divertido a pesar de estar presente la sombra de su marcha. Si además podéis ver el video de la conferencia de esta última lección en la universidad mejor que mejor.  Está en inglés pero hay versiones con subtítulos en castellano en youtube. Ya en vida dio mucho como profesor de informática y ser humano pero el libro de la conferencia donde da su última lección es emocionante e inspirador.








  • Libro "Mares Tenebrosos", una recopilación de relatos de misterio sobre el mar de la editorial Valdemar. Una gozada.

  •  Poemas de Walt Withman. Este es poeta de verdad, vamos, y de los gordos. A mi me encanta. Os pongo dos de sus poemas, uno dedicado al mar, que parece escrito para Mario Morcillo y otro dedicado a vosotros, a mí claro por la parte que me toca, porque a pesar de que el mundo es como es, que la gente es como es, estamos aquí y tenemos que contribuir con nuestro verso. Os saldrán montones de webs en Internet con sus maravillosas poesías llenas de mar, naturaleza, a la vida y al ser humano que, si me permitís la obscenidad, entendibles o accesibles.









Con el reflujo del océano de la vida 
WALT WHITMAN

" (...) Mientras recorro las playas que no conozco
mientras escucho la endecha
las voces de los hombres y mujeres náufragos
mientras aspiro las brisas impalpables que me asedian
mientras el océano, tan misterioso
se aproxima a mi cada vez más
yo no soy sino un insignificante madero abandonado por la resaca
un puñado de arena y hojas muertas
y me confundo con las arenas y con los restos del naufragio.