Otra vez, sí, haciendo zapping. Película: Un Sueño Posible (The Blind Side) donde Sandra Bullock ganó,
incomprensiblemente para mí, un Óscar
por su interpretación en el papel de pija republicana con un corazón que no le
cabe en el pecho. Para el que no haya visto la peli, bueno, es para ver en
familia un domingo por la tarde. Un muchacho negro con un pasado difícil, que
no aventura un futuro mejor, cae en manos de una familia rica donde todos son
muy buenos. No, no es un dramón donde él luego se los carga a todos o algo así,
sino más bien una historia de superación a lo yanki, basada en una historia
real, la del jugador de fútbol americano Michael Ohre, un pedazo de pan.
Pero
a mí la peli en cuestión no me interesó más que porque que sacan a relucir en
varias ocasiones un cuento, “Ferdinando,
el toro” Sí,
soy una ignorante total, por eso lo del Diario de Descubrimientos. ¿Cómo no conocía un cuento
de toros ubicado en España y adaptado por Walt
Disney en un maravilloso corto?
Ferdinando
es un toro que crece tan feliz en el campo oliendo las flores, no es nada
agresivo, solo quiere disfrutar de lo que le rodea y nada más. Un día le llevan
a una plaza de toros porque es un toro imponente, pero Ferdinando solo se
interesa por un ramo de flores que una bella dama arroja al desesperado torero
que no logra hacer nada con él.
Este
cuento escrito por Munro Leaf en
1936 es un canto a la naturaleza, a la no violencia, al placer por las cosas
pequeñas y a la alegría de vivir en paz. Muy recomendable para niños y también
mayores porque la reflexión está asegurada. Ya habréis adivinado por qué estuvo
prohibido en España por aquellos años.
Me pregunto cuántos
Ferdinandos hay por ahí evitando conflictos y queriendo disfrutar de una vida
sencilla. También me pregunto en qué momento estos Ferdinandos pierden la
paciencia y embisten a todo lo que tienen por delante. Cada uno tenemos nuestros
límites y el instinto de autodefensa es tan natural como el de gozar en paz de
todo lo que nos rodea. Si la frustración del torero terminara por manifestarse
en atacar al pobre Ferdinando, que conoce la agresión pero que no va con él,
como Michael Ohre en la película, qué pasaría. Supongo que con los
banderilleros y el matador acosándolo reaccionaría desorientado sin saber qué
está pasando, como todos los toros, hasta que el dolor y el miedo sacara su
furia, justo lo que el espectáculo requiere.
Sin
duda, si todos los toros fueran como Ferdinando las corridas serían aburridísimas
para los amantes del arte del toreo. Quizás este cuento tampoco haya sido muy
popular en este país donde muchas personas son fervientes seguidoras de esta
costumbre a la que llaman cultura. Perdón, no quiero ofender pero se podrían
hacer corridas donde todos disfrutaran, toros, toreros y espectadores, sin
sangre ni animales agonizantes. Es cuestión de echarle creatividad, de hecho
los muchachos que se enfrentan a los toros con volteretas y giros increíbles
con las manos desnudas me parece más loable y valeroso.
“Dos
no pelean si uno no quiere” o “no reaccionar ante la provocación”, son máximas
de los líderes de la no violencia, como Gandhi, al final víctimas por ser ellos
mismos la provocación para otros. Todos llevamos un Ferdinando dentro, seguro, que
quiere disfrutar en paz a pesar de que el mundo quiera que peleemos o nos
fastidie constantemente.
Os
recomiendo este cuento, de verdad, es precioso. Os dejo el enlace al corto de
Disney por si no encontráis el cuento en librerías. Disfrutadlo.